sábado, 4 de marzo de 2017

Un nadador contra la corriente: Lucas, el atleta paralímpico que se atrevió a denunciar





Lucas es un ejemplo por más de una razón. Entrena cincuenta mil metros por semana, viaja para representar a la Argentina en competencias internacionales, trae medallas. Pero además, es uno de los denunciantes de un caso de corrupción que involucra a su exentrenadora y al tesorero del Comité Paralímpico y terminó en la justicia penal.

Cuando nació, se lo llevaron de al lado de su mamá porque "tenía un problemita". Lucas vino al mundo con espina bífida, una malformación en el tubo neural, y los pronósticos sobre su capacidad de llevar una vida plena, sin obstáculos, eran pocos. "Me dijeron que se iba a mover como un robot" dice su padre, Mario mientras lo mira prepararse para una dura jornada de entrenamiento en el CENARD.
El amor de Lucas Poggi por el agua  empezó cuando era un bebé. Veraneaba con su familia todos los años en casa de sus abuelos en Carlos Paz, donde había una pileta. Los primeros movimientos se los enseñaron sus familiares". Cuando estaba en quinto grado, en la pileta, se le acercó una persona y le propuso formar parte de un equipo de natación. "Yo no esperaba ser nadador, pero en ese momento empecé a soñar", dice.
A sus 24 años Lucas tiene la actitud profesional que siempre mantuvo, y no le escapa al sacrificio. Cuando durante la secundaria tenía que rendir materias, volvía a entrenar la tarde misma de los exámenes. Tuvo que atravesar cirugías serias, renunciar a salidas y diversiones y posponer sus planes de estudiar para asumir un ritmo de trabajo muy duro
"Me levanto a las siete y media, y una hora más tarde ya estoy en el agua. Después voy a mi casa a descansar, y vuelvo para hacer una hora y media de gimnasio. A la tarde, tengo el segundo turno en la pileta. Nado unos cincuenta mil metros por semana. El agua es mi medio, me da placer, felicidad ", relata.
A los 16 años lo convocaron para formar parte de la selección juvenil, y a los 17 ya era integrante de la selección mayor.  A los 18, trajo de Guadalajara tres medallas: dos de bronce y una de plata. Su primer mundial fue en Glasgow, donde quedó décimo. Ahora es el número 8 en su categoría de 100 metros espalda. "Tengo en mi casa el diploma , y no lo puedo creer", se ríe.

Visitó 13 países para competir. El primero, Alemania y el próximo México, para el Mundial. En abril, estará preparando su físico para competir en altura en La Loma, en el estado de Guerrero. Así, confía en llegar a punto para el torneo de octubre y traer a casa marcas mundialistas.
Lucas tiene un mérito adicional : compite con atletas que pueden usar sus piernas para avanzar. El usa solamente sus brazos.
"Se que soy la inspiración para muchos chicos, estoy tomando conciencia de eso. Trato de ayudar, de ser solidario, pero no lo hago para que los demás lo sepan. Veo la admiración que me tienen, la misma que yo tenía por los mayores a esa edad, y es un compromiso", reflexiona.
Lucas fue -con Marco Pulleiro- uno de los dos atletas paralímpicos que se atrevieron a denunciar a la entrenadora Marcela Belviso y al tesorero del COPAR Ricardo Cristofani por pedir un porcentaje de las becas y los premios de los deportistas. El dinero de las becas proviene del 1 por ciento de las facturas de telefonía móvil  que financia el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, como dispone una ley aprobada por el Congreso en el 2010, la 26573.
"Me preguntan cómo es que tuve la valentía de denunciar un hecho de corrupción. Es porque el deporte enseña valores. Y porque tuve el apoyo de mi familia, lo que es muy importante para mi", reconoce.
"Lamentablemente, mi hijo tuvo que pasar por esa situación. Estoy orgulloso de él.  Por eso, sufrió represalias, presiones. Le retiraron los docentes, y cuando estaba en River- institución a la que adoro porque es nuestra segunda casa- seguía entrenando solo, se iba con su bolsito a la pileta. Hasta que el técnico del equipo convencional lo vio, y lo invitó a entrenarse con ellos", recuerda el padre de Lucas.
"No se discute que el pago existió, lo que quieren hacer creer es que el pago fue voluntario. A mi no me lo pueden negar porque el dinero a esa señora se lo di yo, en mano", insiste. "No se trata de la plata, sino de lo que hay detrás. Cuando uno está preocupado por un hijo y aparece una persona que dice Yo te lo voy a hacer competir, viajar, es una luz en la oscuridad. Uno da todo como padre, quiere que ese hijo sonría, se divierta. Y además, conocí chicos a los que que la beca los ayudaba a sostener a su familia, a pagar alguna cosa, y les sacaban un porcentaje", acusa.
Para Lucas, fue natural atreverse a hacer la denuncia, declarar todas las veces que fue necesario y soportar las consecuencias.
"Cuando algo es injusto uno tiene que salir a luchar. Si hablé, no lo hice solamente por mi. Fue también por los que están pasando por lo mismo y no se animan. Lo hice porque es mi derecho, es el derecho que todos tenemos, denunciar lo que está mal", explica.
Se despide; la actividad recién empieza. Su preparador físico lo espera y el calor del gimnasio en uno de los días de más alta temperatura del año no lo detiene. Conociendo la historia de su vida, es una barrera menor entre Lucas y su objetivo, vivir sin barreras.
Link:http://tn.com.ar/deportes/after-play/un-nadador-contra-la-corriente-lucas-el-atleta-paralimpico-que-se-atrevio-denunciar_776896

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