martes, 13 de septiembre de 2011

Esther Vergeer


Existen mitos del mundo del deporte que son totalmente desconocidos para el público, héroes que, sin hacer mucho ruido, llegan a cimas insospechadas. Todavía existen atletas que viven por y para su deporte, que son capaces de lograr registros que nadie podría imaginar, y, que sin tener que gritarlo a los cuatro vientos, ni necesitar reconocimientos, siguen trabajando día a día para seguir siendo los mejores. Este es el caso de Esther Vergeer.
Tiger Woods en golf, Roger Federer en tenis, Michael Phelps en natación y Yelena Isinbayeva en salto con pértiga son quizás los deportistas profesionales en activo más dominantes en sus respectivas disciplinas, aunque existe otra aún más categórica en su reinado y que ya acumula más de cinco años sin perder en cualquier competición: la holandesa Esther Vergeer.
Esther Vergeer, nacida el 18 de julio de 1981, es una tenista especial, ya que es la mejor del mundo, sus récords superan al mismísimo Roger Federer, pero el único “problema” es que ella juega sentada en una silla y no utiliza sus piernas.
La tenista ha ejercido un dominio en su disciplina mayor que ningún otro deportista en las últimas décadas: ha perdido un partido en los últimos siete años, colecciona 271 torneos seniors, fue capaz de ganar 250 sets consecutivos entre agosto de 2004 y octubre de 2006, y en septiembre de 2008 sumó su 359 victoria consecutiva para colgarse el oro en tenis en silla de ruedas en los Juegos Paralímpicos de Pekín. La holandesa venció 6-2, 4-6 y 7-6 (5) a su compatriota Korie Homan.
Nadie puede igualar su palmarés, en ningún deporte. El dominio de Vergeer es incontestable, y todos los datos que se añaden a su biografía lo contrastan: es número uno del Mundo en individuales desde abril de 1999, y en dobles desde octubre de 1998. En los últimos siete años sólo perdió una vez, en 2003 en el Torneo de Sydney. Ha ganado el Premio Laureus al Mejor Deportista Discapacitado dos veces (2002 y 2008). Su récord como profesional es, hasta septiembre de 2009, de 574 victorias y 25 derrotas. Colecciona las medallas de oro en individuales en los tres últimos Juegos Olímpicos y en dobles en dos de los últimos tres (en Pekín sólo puedo conseguir la plata). Ha ganado el Open de Australia en 2002, 2003, 2004, 2006, 2007, 2008 y 2009, Roland Garros en 2007, 2008, 2009 y 2010, Wimbledon 2009 y 2010 (no se disputó antes del 2009) y el Open USA en 2005, 2006, 2007, 2009 y 2010. ¿Hay algún otro deportista de la historia capaz de comparársele en dominio?
Vergeer quedó parapléjica tras una operación cuando tenía ocho años. Le tenían que corregir un defecto de nacimiento en una vena cercana a la espina dorsal "y también me quitaron las venas buenas. Cuando acabé, tenía parálisis", cuenta ella misma.
Antes apenas había había practicado deportes, pero empezó a jugar al baloncesto (fue campeona de Europa con la selección holandesa en 1997) y después, al tenis. Aad Zwaan, el mejor entrenador del mundo y culpable de que Holanda tenga los mejores tenistas en silla de ruedas, empezó a trabajar con ella y se convirtió en un fenómeno mundial. "Este deporte es una oportunidad. Cuando quedas en una silla de rueda puedes quedarte mirando por la ventana cómo crecen los tulipanes o hacer algo con tu vida", dice Zwaan, resumiendo la filosofía con la que afronta el entrenamiento de estos deportistas.
Vergeer se ha convertido en alguien muy conocido en Holanda. Desde hace dos años es profesional y puede jugar torneos por todo el Mundo, gracias al apoyo del Comité Olímpico holandés y de varios patrocinadores. Es la única estrella del deporte para discapacitados de su país. "Cada día la gente me reconoce más por la calle", señala.
La tenista considera, además, que cuando se retire del tenis empezará a darse cuenta de lo difícil que es la vida en una silla de ruedas. "Ahora mismo, quitando subir escaleras o lanzarme en trampolín, puedo hacerlo todo. Pero cuando deje el tenis querré encontrar un marido y fundar una familia, y seguro que eso sería más fácil de conseguir con un par de piernas", sentencia.

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