martes, 24 de noviembre de 2009

Prevención educativa de la drogadependencia en la discapacidad

El incremento del consumo de sustancias nocivas en sectores cada vez más amplios de nuestra sociedad (sobre todo entre los jóvenes) es una preocupación universal. La autoestima baja parece ser una variable de suma importancia en su desencadenamiento. Por este motivo, los jóvenes con discapacidad aparecerían como más vulnerables. Drogas, alcohol y tabaco, entre otros, aparecen como una situación difícil de erradicar una vez instalada. Por ello, la propuesta es realizar una tarea preventiva temprana, lo que se ejemplifica a través de un caso concreto.
Realizar prevención educativa de la drogodependencia destinada a jóvenes con necesidades especiales será dar una respuesta necesaria a una población vulnerable frente al uso probable de drogas, ya que en ellos confluyen algunos factores de riesgo que, sin ser diferentes de los que presentan los adolescentes, se manifiestan en estos casos de manera acentuada.
Lamentablemente, el consumo de drogas es una realidad actual y el fenómeno de las adicciones constituye una preocupación social: la oferta y disponibilidad de las drogas, la cotidianeidad y la aceptación social en el caso de algunas sustancias como el alcohol, aumentan el riesgo de inicio en su consumo.
Es fundamental, en consecuencia, que todos los jóvenes, en búsqueda de su independencia y autonomía, estén dotados de estrategias que les permitan enfrentarse de una manera efectiva a los riesgos que presenta la sociedad actual.
Uno de los pasos importantes en la prevención es el acceso a la información. Los jóvenes con necesidades especiales presentan cierta vulnerabilidad y mayor fragilidad, dadas sus características. Esto constituye un factor de riesgo más en el inicio de un posible consumo respecto del resto de la población. Entre los factores de riesgo más estudiados y relacionados con el consumo de drogas, hay que destacar la asociación de un pobre autoconcepto y una imagen negativa de uno mismo.
Si el niño o el adolescente tiene un bajo autoconcepto, puede recurrir al consumo de drogas como un paliativo a esta percepción. Por lo tanto, el constante desarrollo de la autoestima es clave para la elaboración de una imagen positiva de sí mismos.
Es posible que en estos jóvenes la conciencia de las propias limitaciones derive en la necesidad de aceptación de sus grupos de pares, y por ello se expongan de manera más vulnerable a la presión grupal. Por tal motivo, hablamos de prevención educativa como uno de los caminos para abordar la problemática.
En principio, para comenzar a tratar el tema de la prevención educativa de la drogadependencia, es inevitable establecer que hablar de prevención es hablar de salud, entendiendo por ésta la capacidad de desarrollar el propio potencial y la competencia para responder en forma positiva a los retos del ambiente. Es decir, la salud es la magnitud en la que un individuo o grupo pueden, por una parte, realizar sus aspiraciones y satisfacer sus necesidades y, por otra, cambiar su entorno y afrontarlo.
Es un recurso para la vida cotidiana y no un objetivo final. Por otro lado, debemos considerar a las instituciones educativas como los lugares donde se brindan modelos de aprendizaje y también de salud; no sólo en la construcción de conocimientos, sino en la formación del individuo para un posicionamiento frente a sí mismo y a las demandas de la sociedad.
La institución educativa, entonces, participa en la formación de las personas para enfrentarse con el desconocimiento, el cambio, las dudas y las elecciones que acompañarán a lo largo de sus vidas: el momento de sus decisiones.
Se debe reconocer a los docentes como los operadores de primer nivel para fortalecer las potencialidades de cada niño o adolescente, en tanto puedan mostrar confianza en sus capacidades, en sus posibilidades y en el valor del esfuerzo, así como confrontarlo con exigencias accesibles. Sólo así puede aprender y sentirse eficaz, competente y apreciado.
Por lo tanto, los docentes y todos los profesionales dentro de una institución escolar son agentes de salud. Esto significa que son tutores resilientes y agentes preventivos, que pueden centrar la intervención, no necesariamente en un trabajo específico sobre drogadicción, sino sobre todo en la prevención primaria o universal. Entendemos por tal la dirigida a todos los integrantes de un grupo o población, con el objetivo de promover el desarrollo de habilidades para la vida junto con la reflexión crítica acerca de las drogas y su problemática.
Dentro de este tipo de prevención se puede realizar la modalidad inespecífica, que tiene una mirada más amplia y no es necesario hablar de las sustancias.
Se centra en programas generales de la salud, alternativas del tiempo ocioso y buen uso del tiempo libre, educación para la paz, cuidado del medio ambiente, los derechos del niño, etc. Esta propuesta se basa en los intereses y necesidades de cada grupo. Es decir que, a través de diferentes estrategias, se intenta desarrollar actividades que son positivas en sí mismas y de las que se puede esperar que ayuden a disminuir las conductas destructivas relacionadas con el consumo de drogas.
Otra manera de realizar prevención primaria es con modalidad específica, cuyas actividades se centran de manera directa en la problemática de las drogas.
Sugerimos, por considerarla más productiva a largo plazo, la prevención inespecífica, privilegiando el desarrollo de cuatro ámbitos básicos de la educación: actitudes, valores, desarrollo de la competencia individual para la interacción y toma de decisiones.
Al hablar de actitudes y valores nos referimos tanto a los relacionados con el cuidado del cuerpo y la salud en general, con el bienestar físico y mental, con la relación con los otros y también al aprendizaje sobre la toma de decisiones.
Este es un proceso que se inicia desde la infancia, porque saber tomar decisiones en futuras situaciones de iniciación al consumo requiere haber aprendido a tomarlas en las múltiples encrucijadas cotidianas.
La mayoría de las iniciativas de prevención del consumo de drogas se ha ido centrando casi exclusivamente en los adolescentes y jóvenes, por ser la población que está en contacto con numerosas situaciones de inicio en este tipo de consumos. Pero es importante que la prevención se realice en edades más tempranas para la obtención de un mayor beneficio. A continuación, se presentará una experiencia realizada en una institución educativa para jóvenes con necesidades especiales.
La propuesta se basa en la realización de talleres preventivos destinados a jóvenes de Nivel Medio, de segundo a quinto año, y un taller de capacitación a los docentes, el que se llevará a cabo durante el período de receso escolar, en el mes de diciembre.
Antes de comenzar los talleres, se realizó una visita a la institución a fin de conocer a los docentes, escuchar las necesidades relacionadas con el tema que observaban en sus alumnos, familiarizarnos con los jóvenes y la dinámica de trabajo de cada grupo en las aulas.
De la reunión con los docentes, surgió la necesidad de realizar los talleres preventivos sobre dos sustancias que preocupaban más: el alcohol y el tabaco. Se programaron tres encuentros con cada grupo, con una frecuencia semanal y una duración aproximada de una hora en cada uno. Las actividades se adaptaron a las características e intereses de los jóvenes.
Con los alumnos de 4º y 5º año, se trabajó sobre prevención primaria específica.
Con los de 3er año, se utilizó un criterio de prevención primaria inespecífica y específica.
En 2º año, se realizó un trabajo de prevención primaria inespecífica, ya que los temas tratados se relacionan con el buen uso del tiempo libre, la interacción con los amigos y las formas sanas de divertirse.
Talleres con 4º y 5º año
La primera actividad con estos grupos, a modo de diagnóstico, fue una encuesta. En ella, los alumnos dieron su opinión, de manera anónima, sobre las drogas en general, el consumo del alcohol y el tabaco, experiencias personales con alguna de estas dos sustancias, etc. Posteriormente se realizó una lectura de las respuestas y se debatió sobre los resultados.
Algunas de las respuestas nos permite observar que:
- El 75% de los alumnos relaciona el consumo de drogas como una enfermedad.
En relación a si el tabaco y el alcohol son consideradas drogas:
- El 38% considera a las dos sustancias como drogas.
- El 18,5% no considera a ninguna de las dos como droga.
- El 25% considera al tabaco como droga y no al alcohol.
- El 18,5% considera al alcohol como droga y al tabaco no.
En cuanto a si consumen alcohol, el 50% respondió afirmativamente.
La respuesta más frecuente al preguntar por la causa de la ingesta fue: “porque me gusta”. La edad promedio en que comienzan a consumir es de 15 años.
En algunas encuestas en las que responden que “no beben”, aclaran que sus amigos y amigas lo hacen. En relación con el tabaco:
- El 75 % no fumó nunca.
- El 25% restante lo hace ocasionalmente. Se registra, como edad de inicio en este grupo, un promedio de 15 años.En cuanto al motivo por el cual fuman, la mayoría manifestó que lo hace por gusto. En este caso, al igual que con el tema del alcohol, quienes no fuman contestaron que sus amigos y amigas sí lo hacen.
El 63% de los alumnos respondió que habría que hacer algo para disminuir el consumo de alcohol y de tabaco y el 100% señaló que tanto el tabaco como el alcohol perjudican la salud.
Con base en este resultado, podemos inferir que:
- La mayor parte de los alumnos relaciona la problemática de la drogadependencia con enfermedad.
- Existe confusión de conceptos sobre sustancias que generan dependencia, como el alcohol y el tabaco. Pocos lo incluyen en el concepto de drogas.
- La mitad de los encuestados consume alcohol, pero no lo hace en exceso. - A muchos les preocupa el consumo de alcohol y tabaco en sus amigos, lo que podría constituir un factor de riesgo. - En general, los jóvenes fuman poco o no fuman.
- La mayoría cree que habría que hacer prevención para evitar el consumo y la totalidad de los encuestados afirma que las dos sustancias perjudican la salud.
De acuerdo con las necesidades que surgieron, se dialogó con el grupo sobre algunos temas relacionados con el concepto de droga, las etapas de la drogadependencia, el tabaco, el consumo excesivo de alcohol, la combinación con energizantes, los grupos de pares, los lugares y maneras de diversión actuales. Se aclaró que aquellas drogas que son recetadas por un médico y administradas según indicaciones no son perjudiciales y tienden a favorecernos.
Esta explicación es necesaria ya que muchos de estos jóvenes, por motivos de salud, dependen de una droga para mejorar su calidad de vida. Estos conceptos se repitieron en todos los talleres. En el segundo encuentro se trabajó con publicidad gráfica y televisiva de tabaco y alcohol. El objetivo fue reflexionar sobre la influencia de los mensajes publicitarios en los jóvenes.En el último encuentro, se trabajó sobre algunas campañas preventivas gráficas y televisivas, realizadas tanto en nuestro país como en otros.
Finalmente, a través de una actividad grupal se escribieron alternativas de diversión saludable para que los jóvenes puedan tener como opciones positivas.
Talleres con 3º año
La primera actividad que se realizó fue escribir o dibujar lo primero que surgiera al escuchar la palabra “droga”. Luego se conversó sobre lo expuesto, las inquietudes y vivencias relacionadas con el tema. En ese primer encuentro se les entregó un cuestionario para que se lo administren a algún familiar o adulto conocido que sea consumidor de tabaco.
La consigna era que debían traerlo completo para la segunda reunión.Escuchar experiencias por parte de un referente elegido por ellos puede ser un buen instrumento didáctico para estimular la reflexión.
En dicha encuesta se pregunta sobre la edad de inicio y el motivo de consumo. También si el consumo los hace personas más felices, si pensaron en dejar de fumar y si es fácil hacerlo.
Las respuestas obtenidas permitieron una primera aproximación a la problemática, contribuyendo a la toma de conciencia sobre la adicción que crea el tabaco y, en consecuencia, una actitud negativa hacia su consumo. En el último encuentro, realizaron paneles similares a los de 4º y 5º año.
Talleres con 2º año
Prevenir el consumo de drogas se relaciona, también, con el desarrollo de estilos de vida saludables en el uso del tiempo libre.
A menudo, algunos hábitos de ocio se destacan como factor de riesgo. La intención fue explorar las actividades que los jóvenes realizan en su tiempo libre y cuáles son sus ocupaciones actuales. La idea es pensar qué cosas les gustaría realizar que sean consideradas saludables. En el primer encuentro la propuesta fue completar un cuadro de doble entrada en el que se escribieron las actividades que realizan en distintos momentos del fin de semana. Cabe destacar que la mayoría de los jóvenes refirió que, en su tiempo libre, está solo frente a la computadora, ya sea jugando o comunicándose de manera virtual.
Quienes manifestaron estar con otros jóvenes en su tiempo libre afirmaron que lo hacían dentro de otra institución (club, iglesia, etc.). A partir de lo expuesto, se generó un debate.
Muchos expresaron que sus familias están preocupadas por la cantidad de horas que permanecen utilizando la computadora y por el aislamiento que genera esta situación. También contaron lo difícil que les resulta interrumpir un juego, ya sea para salir o para participar de una actividad familiar cotidiana. Luego de discutir sobre el tema, se llegó a la conclusión de que hay actividades que muchos jóvenes no pueden controlar.
Cuando esto sucede, se puede generar cierta dependencia que, si bien no tiene nada que ver con una sustancia, también puede ser nociva para ellos.
A través de esta discusión, se logró tomar conciencia de que cambiar de costumbres no es fácil pero tampoco imposible: sólo hay que proponérselo y buscar alternativas más saludables. También se dialogó que, ante algunas salidas nocturnas con amigos, surge el tema del consumo de alcohol. Por este motivo, se trataron con este grupo algunos conceptos sobre dicha sustancia. En el segundo encuentro, se realizó la presentación de un PowerPoint con fotos de adolescentes realizando alguna actividad saludable. Se dialogó sobre lo observado y posteriormente se solicitó que expresen actividades que les gustaría realizar.
En general, las que mencionan se relacionan con estar con otros jóvenes fuera de una institución (ir al cine, ir a bailar, salir de compras, etc.). No debemos olvidar que, para la mayoría de estos alumnos, las dificultades que encuentran para socializar y para manejarse autónomamente son un obstaculizador importante en su vida cotidiana.
En el tercer encuentro, también realizaron paneles en los cuales se escribieron actividades saludables. Todos los paneles realizados por los alumnos en los talleres fueron expuestos en la Institución. Al finalizar los talleres, se entregó a cada alumno un tríptico con una breve información sobre el tema.
Talleres para docentes y orientadoras
Los encuentros se llevarán a cabo durante el mes de diciembre en el período de capacitación del Departamento de Orientación.
El objetivo de los mismos será capacitar a los profesionales que lo componen (psicólogos, psicopedagogos y fonoaudiólogos) para la adquisición de conocimientos, aptitudes y actitudes que le proporcionen una visión global de la problemática de la drogadependencia, y aportar herramientas teórico-prácticas para desarrollar acciones y estrategias preventivas que respondan a las demandas de los alumnos.
Los contenidos que se trabajarán en los encuentros estarán relacionados con la problemática de la drogadependencia: conceptos, clasificaciones, etapas, etc.
Posteriormente, se abordarán temas relacionados a los factores de riesgo y de protección para jóvenes con necesidades especiales, la construcción de espacios saludables dentro de la escuela, la inclusión de proyectos preventivos de la drogodependencia -como ejes transversales- dentro del Proyecto Educativo Institucional, garantizando la continuidad en el tiempo de los mismos.
Los encuentros tendrán una parte teórica y otra práctica, propiciando la participación de todos e involucrando a los orientadores en el hacer preventivo. Podrá creerse que lograr una vida sin drogas es una utopía. Quizás la prevención es una labor prioritaria y la educación preventiva una manera de hacerla.
Rosana Mouzo*
* Rosana Mouzo es Licenciada en Psicopedagogía, Técnica en Prevención de la Drogadependencia y Operadora Socio-terapeuta.
E-mail de contacto: rosanamouzo@yahoo.com.ar
Bibliografía:
- Kot, Aguirre de, Mónica, La adolescencia y el alcohol, Buenos Aires, Lumen, 2006.
- Secretaria de Prevención y asistencia de las adicciones. Material de Prevención del consumo de drogas. Madrid, Editorial de la Fundación de Ayuda contra la Adicción, 1997.
- Yaría, J. A., Toxicodependencia: Asistencia y Prevención, con la participación de Luigi Cancrini. Buenos Aires, Editorial Nadir, 1991.

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